El Teatro Cervantes cuenta con tres ámbitos para la representación teatral y otros espectáculos:
La Sala María Guerrero es la principal. De clásico diseño "a la italiana", tiene capacidad para ochocientos sesenta espectadores distribuidos en los sillones fraileros de la platea - con capacidad para trescientas cuarenta y ocho personas - en los palcos bajos, balcón y altos, en la platea balcón, tertulia y paraíso. Las puertas de acceso a los palcos están diseñadas a la manera de las viejas abadías españolas. Pequeños candiles de bronce en forma de aceitera iluminan los pasillos. Cortinas de damasco de rayón separan los palcos de los antepalcos. "En los antepalcos, hacemos la miniatura de una antesala a lo Felipe IV" - describía con entusiasmo la actriz española María Guerrero, cuando le relataba a un periodista el proyecto de su teatro, durante una entrevista en julio de 1920. Estas salitas, están acondicionadas con espejos, percheros y un banco con respaldo e, inicialmente, también tenían un bargueño, para que los propietarios de los palcos o los abonados guardaran sus efectos personales.
La Sala Orestes Caviglia, llamada hasta 1996 Argentina, funcionó originalmente como confitería y bar. Luego fue ganada como otro ámbito para las representaciones teatrales Propicia para obras de cámara y espectáculos de carácter intimista, tiene tres filas de sillas con tallado mudéjar que dan capacidad a ciento cincuenta espectadores. Su disposición en semicírculo, enmarca el espacio escénico a nivel del piso, donde los actores juegan la acción.
La Sala Luisa Vehíl, inspirada en el Salón María Luisa del Palacio de Oriente de Madrid, tiene capacidad para 120 espectadores sentados. Es también conocida como Salón Dorado por el efecto de todos sus elementos decorativos con acabado en dorado a la hoja.
La Sala Luisa Vehíl no tiene escenario ni platea, y permite su acondicionamiento de acuerdo con las necesidades del espectáculo, conferencia u otro tipo de acontecimiento que se desee celebrar.