El 8 de agosto de 2007, en la localidad de La Carolina, Departamento Pringles de la provincia de San Luis, quedaba inaugurado el Museo de la Poesía Manuscrita, al pie del cerro Tomolasta, a 2000 mts de altura sobre el nivel del mar, la que constituye hasta el momento la única institución estatal con estas características (la preservación de la poesía manuscrita), en Sudamérica.
Hoy, nuestro Museo es una contundente realidad en vertiginoso crecimiento, con la incorporación ininterrumpida de manuscritos originales y libros de poetas locales, nacionales y extranjeros. Todo ese patrimonio cultural es y será preservado y expuesto a perpetuidad en nuestras salas.
En la actualidad, contamos ya con más de 1.700 manuscritos, una biblioteca especializada y un café literario; con personal capacitado; con base de datos, inventarios y procesamientos técnicos, servicio de Internet y sala de audiovisuales para nuestros visitantes.
Entre agosto de 2007 y julio de 2010 nos han visitado más de 48.000 personas de todos los rincones del país y de países limítrofes (Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay), como así también de Alemania, Japón, Suiza, Nigeria, EEUU, Panamá, Francia, España, Marruecos, Noruega, Bélgica, Filipinas, Corea, Cuba, Líbano, Ecuador, Holanda, México, República Checa, República Dominicana y otros.
Cuidamos y mostramos ese costado maravilloso de la creación del hombre que es la literatura, y exhibimos escritos originales de autores locales, regionales y del mundo, además de los de Jorge Luis Borges, Mujica Lainez, Fermín Estrella Gutiérrez, Rafael Alberti, Pedro Mardones Barrientos, Ernesto Sábato, Juana de Ibarbourou, Antonio Esteban Agüero, Edna Possi y tantos otros poetas maravillosos de diversos países del globo. Y, quizá lo que más nos enorgullezca, sean los 41 manuscritos de puño y letra de Juan Crisóstomo Lafinur rescatados recientemente, escritos entre 1819-1823, y que conservamos celosamente.
Frente a nuestro Museo, como envuelta por el paisaje fascinante, se encuentra la tumba que alberga a nuestro prócer, el "hijo de La Carolina" que por fin descansa en su tierra natal después de más de 180 años de exilio.